La Agencia ID publicó que, con el fin de limpiar el aire de contaminantes como el metanol y solventes que se utilizan en la industria, el doctor en biotecnología Raúl Pineda Olmedo, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), diseñó un biofiltro que utiliza los microorganismos que viven en la cáscara del cacahuate.
El científico del departamento de tecnología ambiental de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, señaló que en la cáscara del cacahuate crecen microorganismos de manera natural, que sirven para limpiar el aire. Además, en México este material se genera en grandes cantidades y es considerado un residuo agrícola sin valor.
El proyecto consiste en un prototipo de filtro a base de cáscaras de cacahuate, que por medio de cultivo de microorganismos degrade los contaminantes tóxicos hasta convertirse en dióxido de carbono y agua, de esta forma conseguir aire limpio.
“La cáscara de cacahuate es especial para este tipo de aplicaciones porque es hueca de manera natural y tiene un área de contacto con el aire, que favorece el desarrollo de los microorganismos”, mencionó Pineda Olmedo.
Así, precisó se ha observado que este material orgánico puede aplicarse a la biotecnología como filtros biológicos, similares a los que utilizan los autos, pero en lugar de detener el polvo degrada los contaminantes.
El desarrollo de Pineda Olmedo se enfoca en resolver el problema del aire contaminado en las empresas dedicadas al manejo de tintas, o solventes, las cuales tienen un ambiente laboral contaminado.
El prototipo es similar a una campana o extractor de cocina, pero no sólo absorbe y almacena los vapores contaminantes, sino que los degrada y depura el aire. El diseño consiste en un filtro hecho con cáscara de cacahuate que contiene microorganismos, los cuales purifican el aire. Para conseguir un óptimo desarrollo debe estar en un ambiente con temperatura controlada.
Pineda Olmedo explicó que el filtro tarda en promedio 28 días para sintetizar los microorganismos como Fusarium y Brevibacterium. Las bacterias y hongos toman del contaminante una parte del carbono para reproducirse y otra para respirar.
En México esta tecnología no se ha explotado extensivamente, por ello se busca comercializar la innovación, que sea una solución aplicable a la vida cotidiana. Van a crear un prototipo demostrativo para escuelas y accesible a alumnos, quienes puedan aplicar y replicarla.
