Los menores de edad y los adultos mayores son los grupos a los que más se les dificulta acoplarse al horario de verano, señaló Rafael Ortega, médico psiquiatra del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y municipios (ISSEMYM).
En el caso de los niños presentan conductas diferentes para poderse relacionar con las demás personas.
“Inclusive muchos niños se ve afectada su forma de relacionarse con los demás, empiezan a jugar un poco menos, incluso pueden desarrollar un poco de ansiedad”.
En casos extremos, las personas con enfermedades psiquiátricas como esquizofrenia o depresión tienen una mayor afectación y esto se debe a que la catecolamina, hormona que permiten equilibrar las emociones, tiene una función diferente en estos casos.
A esto se suma a la alteración del ciclo de sueño de las personas; las cuales deberán dormirse a la hora en que su reloj biológico está acostumbrado, mientras que en la medición del tiempo será un horario diferente, por ende impactará al momento de despertarse.
Al respecto, el especialista explicó que una persona en condiciones normales tarda una semana, aproximadamente, en poder regular su reloj biológico y superar estos trastornos que incluyen los del sueño.
Las recomendaciones están centradas en acostumbrar al cuerpo en el nuevo horario y establecer rutinas que vayan aminorando la adaptación al horario de verano de forma gradual.
