En México la edad de riesgo de paro cardiaco ha disminuido, hasta los 20 o 30 años, siendo los principales factores la diabetes, con sus complicaciones a nivel renal y del corazón, el tabaquismo, el sedentarismo y la obesidad.
A nivel mundial los paros cardiacos son los causantes de siete millones de muertes anualmente, siendo la población mayor a los 50 años los más afectados.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las muertes por infarto representan el 16.5 por ciento en personas de 65 años y más, indicó Pedro Aarón Escamilla Galindo, médico internista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Explicó que entre los síntomas de alerta está el dolor en el pecho y en las costillas, donde la persona siente cierta presión que puede extenderse al brazo izquierdo o a la mandíbula, hasta llegar a la boca del estómago, por lo que habitualmente se puede confundir con un cuadro de gastritis, cuando en realidad, hay probabilidades de que se trate de un pre-infarto o infarto.
También el individuo presenta sudoración y sensación de angustia o desesperación, acompañada de falta de aire. Ante estos síntomas, es importante que los familiares de la persona enferma, la lleven de inmediato a un hospital, pues se tiene en promedio media hora o una hora para recibir atención médica, de lo contrario, la persona puede perder la vida.
Escamilla Galindo hizo énfasis que, cuando ocurre un infarto, una parte del corazón queda sin vida, es decir, el tejido ya no es funcional y alrededor de éste queda parte de tejido que se puede recuperar a través de una terapia de repercusión. “El riesgo de que la persona pueda presentar otro evento de infarto es muy elevado, por los factores de riesgo que persisten, como es la hipertensión, la diabetes o la obesidad”.
Indicó el especialista, que de acuerdo a la curva epidemiológica, en el año 2050, en México, poco más del 50 por ciento de la población será mayor a los 50 años, por lo que se advierte que la cifra de infartos irá a la alza “va a haber más casos de infarto”.
