Los bebés que se chupan el dedo tienen más protección contra las alergias porque la exposición temprana a la suciedad y los gérmenes reduce el riesgo de desarrollar sensibilidad al polvo, ácaros o contaminantes, así lo señala un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina Dunedin de la Universidad de Otago en Nueva Zelanda.
De acuerdo con los científicos, la protección antialergias es mayor cuando los niños se comen las uñas.
La succión del pulgar causa en los bebés tranquilidad, sosiego y placer, aunque los médicos advierten que no recomiendan este hábito.
El objetivo del estudio fue evaluar si chuparse el pulgar o comerse las uñas conllevan un aumento de la exposición a las bacterias y hongos, lo que a su vez podría afectar al sistema inmune y disminuir el desarrollo de reacciones alérgicas.
Los resultados mostraron que hasta 45 de cada cien niños que se chupaba los pulgares o se mordía las uñas, tenían menos alergias, protección que perdura hasta la etapa adulta.
