El cortisol es una hormona esteroidea que se libera como respuesta al estrés, en las mujeres embarazadas los niveles de esta hormona se pueden medir en el cabello durante el primer o el tercer trimestre de gestación, ayudando a indicar cuáles de ellas serán más vulnerables a sufrir una depresión postparto, así lo aseguran científicos de la Universidad de Granada en España.
A través de un trabajo científico, se ha determinado que los niveles de esta hormona en el cabello de las mujeres que desarrollaron depresión posparto fueron mayores a lo largo de todo el embarazo que los de las mujeres sin depresión posparto, siendo esta diferencia estadísticamente significativa en el primer y tercer trimestre.
Los resultados mostraron que las mujeres que desarrollaron depresión posparto somatizaban más en el primer trimestre de embarazo. En el segundo trimestre mostraban mayores niveles de somatización, obsesión compulsión, depresión y ansiedad, y en el tercer trimestre mostraron mayores niveles de estrés específico del embarazo y somatización. Todos estos síntomas junto a mayores niveles de cortisol serían, por lo tanto, indicadores de una futura depresión postparto.
Los investigadores señalan que detectar estos niveles de cortisol puede ser una clave para poder prevenir el estado psicológico de la madre así como las consecuencias de este estado en el bebé.
