¿Y ahora qué después de la exhibición de un presunto desvío de recursos por mil 747 millones de pesos encabezado por Rosario Robles y sus funciones federales?
¿A dar largas al caso?, ¿a preguntarle a la exjefa de Gobierno del Distrito Federal si es culpable o no?, ¿a permitirle que continúe en el gabinete federal?, ¿a la suma de ésta a la campaña presidencial de su como sucesor en la Ciudad de México y que además está a favor de perdón?
Ya basta de perversión e impunidad. De ver a los políticos mexicanos robar, mentir y continuar como en un desfile de modas. Son necesarias medidas urgentes y efectivas contra la corrupción.
Es decir, la separación inmediata y expulsión del servicio público; ser sometimiento a una investigación independiente y recibir la sanción con todo y la devolución de lo robado.
Pero estas acciones no las buscan ni quieren los políticos tienen que venir de la exigencia ciudadana. De la denuncia; de la convicción de dejar de ser cómplices de la corrupción.
