El egocentrismo de Trump

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Primero yo, segundo yo y tercero yo. No cabe duda que esa es la máxima del presidente de Estados Unidos pues así lo confirma en su más reciente episodio en que aparece con su esposa e hijo pequeño en plena lluvia y de la que solo se cubre él con una sombrilla.

Pero a eso nos tiene acostumbrados Donald Trump como gobernante: a ser el centro de atención; a recibir un trato especial; a obtener más que a dar. Lo hemos visto en otros momentos en la convivencia con miembros de su familia, con integrantes de su equipo de trabajo y de cara a presidentes y diplomáticos de otros países.

El narcisismo de Trump aflora y trasciende a su forma de gobernar: xenofobia, racismo, machismo, displicencia. O, ¿quién dice yo para destacar la visión política, económica y social de mandatario? , ¿su compromiso con la justicia y la legalidad?, ¿sus promesas y propuestas realizadas?

El presidente estadounidense cumple el próximo domingo su primer año en el cargo. Y seguramente lo celebrará a su modo: con una gratificación a sí mismo.

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