Es tiempo de cuentas alegres. De feria de vanidades.
Es fin de año y en la Secretaría de Turismo del gobierno del estado de México están empeñados en crear una realidad en la que el sector turismo, antes llamada “la industria sin chimeneas”, es una cosa lindísima. Como para echar las campanas al vuelo o gritar a voz en cuello que el estado de México es una potencia bárbara.
Aunque la lógica dice y puede demostrar lo contrario.
La secretaria de Turismo, Lorena Marín, ha dicho que este fin de año llegarán al estado de México 6.5 millones de visitantes y turistas. Y que la derrama económica que dejarán es como de 50 mil millones de pesos.
Un mundo de dinero. Un mundo de gente. Los destinos turísticos del estado de México, repletos.
Nomás que el arriba firmante no sabe dónde vamos a meter a tal cantidad de gente.
Porque la Secretaría de Turismo del gobierno federal indica que en el estado de México el hospedaje disponible es de 15 mil cuartos. Que en el mejor de los casos —es decir, exagerando 6 huéspedes por habitación— significa 90 mil personas hospedadas en los distintos alojamientos. Que serían 1 millón 350 mil turistas con lleno total durante 15 días. Cosa improbable, pero seamos benevolentes…
Si los otros 5 millones llegan a su casa de descanso o con parientes y amigos, dudo que entren en la clasificación de “turistas”.
No puedo omitir que la Secretaría de Turismo del gobierno federal asegura que en todo 2015 el estado de México recibió 2 millones 688 mil 211 turistas. Y que la ocupación hotelera promedio de la entidad es de 35 por ciento.
Seamos serios. Perdonen que no comparta su optimismo desbordado y sin sustento.
