Ilusiones

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A cinco días de que se acaben las campañas políticas, este viernes ha sido un día muy movido.

Temprano, el PAN ha pedido que el Instituto Nacional Electoral atraiga la elección del estado de México, con el argumento de que el Instituto Electoral del Estado de México no ha ejercido la autoridad debida. Y porque señala una intervención de los gobiernos estatal y federal “con la intención de consumar una elección de Estado”.

Más tarde, el Partido del Trabajo ha anunciado la declinación de su candidato en favor de la aspirante de Morena, aunque hace 12 horas rechazaba cualquier posibilidad de tirar por la borda su campaña.

Del primer caso, tengo que decir que esa película ya la vi, y muchas veces: la descalificación de las autoridades electorales como antecedente de una derrota.

Del segundo caso, el Partido del Trabajo no tenía ninguna posibilidad de ganar la elección y una parte de su base de votantes ya estaba, en los hechos, alineada con otros partidos políticos y opciones electorales.

En tercer lugar quisiera decir que independientemente de lo que indican las encuestas, que pocas veces ha sido certeras en las más recientes elecciones, estas herramientas estadísticas no son ni una predicción ni una anticipación del resultado. Son mediciones de la opinión, intención del voto y hasta del humor de quienes las contestan.

Hay mucho de espejismo en lo que ha ocurrido en el transcurso de este viernes. Por eso he dejado para el final una frase de Manuel Gómez Morín: “que no haya ilusos, para que no haya desilusionados”.

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