Las enfermedades gastrointestinales son enfermedades que atacan el estómago y los intestinos, generalmente son ocasionados por bacterias, parásitos, virus y algunos alimentos como leche y grasas, aunque también existan algunos medicamentos que la provocan.
El doctor Jorge Rafael Gamboa Cardeña, pediatra infectólogo adscrito al Hospital General Regional No. 251 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Delegación Estado de México Poniente explicó que en temporada de calor, es posible consumir alimentos en descomposición o echados a perder, que pueden causar diarrea y por consiguiente la deshidratación.
Los grupos de población que corren mayor riegos de enfermarse son los niños menores de 5 años, adultos mayores, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas
Los niños suelen quejarse de dolor de estómago, van más veces de los normal al baño, evacuación casi líquida acompañada de fiebre y vómito.
La deshidratación suele caracterizarse por llanto sin lágrimas, ojos hundidos, mucha sed, piel y boca seca, debilidad, somnolencia, disminución o desaparición de la orina, vómito constante y en ocasiones evacuaciones con sangre, indicó el especialista.
Durante el tiempo que los niños presentan diarrea es necesario que beban más agua de lo normal, pues es fácil que el cuerpo, al eliminar tanto líquido llegue al punto de no quedarse con la suficiente agua para cubrir las necesidades básicas del organismo, por lo que es importante acudir al médico de inmediato e iniciar la hidratación vía oral.
El doctor Gamboa Cardeña destacó que algunas medidas que pueden ayudar a prevenir este tipo de padecimientos incluyen beber agua previamente hervida o embotellada, lavar frutas y verduras, evitar comer carne cruda, lavarse las manos antes de preparar los alimentos, revisa la fecha de caducidad de alimentos envasados y enlatados así como lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño.
El especialista del IMSS reiteró que es de suma importancia que al detectar alguno de los síntomas antes mencionados, acuda con su médico familiar para un tratamiento oportuno sobre todo en los menores de cinco años quienes presentan mayores riesgos de una deshidratación severa.
