Fundación Mark es la primera que, como Institución de Asistencia Privada, tiene como objetivo acondicionar, ambientar y operar espacios designados por los hospitales y convertirlos en un área de recreación para potenciar la utilización de la actividad lúdica como un recurso creativo, educativo y libre de estrés durante la estancia hospitalaria de los niños que padecen cáncer.
Esta iniciativa surgió del pequeño Mark, un niño de seis años diagnosticado con leucemia, quien materializó su gran sueño un día antes de su triste partida constituyéndose Fundación Mark, IAP en 2006.
Actualmente, la Fundación atiende a través de sus ludotecas hospitalarias a aproximadamente 1200 niños de escasos recursos que acuden desde diferentes latitudes en la república Mexicana al Instituto Nacional de Pediatría en la Ciudad de México, al Hospital de Alta Especialidad del Niño “Dr. Rodolfo Nieto Padrón” en Villahermosa, Tabasco, al Hospital Infantil de México Federico Gómez y al Centro Médico ABC Observatorio, a través del Seguro Popular.
La nueva ludoteca “El Mundo de Mark” se abre para el área oncológica del Hospital del Niño en Toluca, Estado de México, en donde serán atendidos un promedio de 50 niñas, niños y adolescentes de entre 0 y 17 años de edad con algún padecimiento cancerígeno, entre los más frecuentes se encuentra la leucemia, los linfomas, la retinoblastoma, el tumor de Wilms, entre otros.
La ludoteca cuenta con juegos y juguetes adecuados al ambiente hospitalario; además se brinda a los pequeños el fortalecimiento de la lectura, el juego dirigido y el conocimiento de las tecnologías de información y comunicación.
Su construcción y operación ha sido posible gracias a recursos otorgados por Seguros Zúrich Santander y aportaciones de congregaciones cristianas como la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Sonia Zuani, Presidenta y fundadora de Fundación Mark, IAP, expresa un sincero agradecimiento a las autoridades de salud, pues han sido sensibles a lo que viven los niños cuando enferman y tienen que ser hospitalizados; sólo intentando comprender sus sentimientos podrá lograrse una mejoría real de la calidad de atención que se les brinda, una atención que responda adecuadamente a sus más íntimas necesidades y sea consecuentemente respetuosa de sus derechos.
