Una de las razones por las que muchos adultos quisiéramos volver a ser niños es por la inocencia, reflejo de ilusión e imaginación.
La inocencia en los niños es también sinónimo de sencillez, alegría, confianza, entrega. No se duda ni piensa en riesgos o maldad. Pero estos existen.
En la actualidad, los principales explotadores de la inocencia de los niños son los ciber criminales. Usuarios de internet que entran en contacto con niños a través de las diversas opciones disponibles (correos, juegos y chats), con el propósito de atraer su atención y ganar confianza.
Sin embargo, más allá de entablar una relación de amistad, lo que buscan es un encuentro real con el menor para abusar sexualmente de él, inducirlo a la prostitución infantil o a la producción de material pornográfico.
La inocencia en los niños es una fortaleza para quienes buscan cometer delito.
Si bien es cierto que queremos que los niños vivan su inocencia, es indispensable que como adultos establezcamos las reglas para la navegación en Internet, sin importar el dispositivo o servicio de acceso.
