Itamita distinguido

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Emilio Lozoya Austin formó parte del círculo cercano, estrecho y excluyente que le formaron al candidato Enrique Peña Nieto hace ya seis años. Así llegó a la dirección general de Petróleos Mexicanos, aunque había que lo colocaba en alguna posición políticamente más relevante… porque en términos de administración de recursos, ¿qué había más grande en el gobierno federal que Pemex?

Pero, de pronto, su estrella se apagó. No como una súper nova, que hacen explosión, sino en un colapso silencioso, casi sin que hiciera ruido.

Uno de los tantos itamitas distinguidos que forman parte del gobierno del presidente Peña hoy está metido en una seria acusación de corrupción, pues el diario brasileño O Globo publicó el fin de semana que el hijo del que fuera director del ISSSTE con Carlos Salinas de Gortari había recibido 10 millones de dólares para favorecer que se entregaran contratos de obra a la firma brasileña Odebrecht.

Los nombres de 12 naciones, entre ellas Brasil, Perú —donde dos expresidentes han sido señalados—, Colombia y México, se encuentran en una investigación que se hizo en Estados Unidos y que terminó con un arreglo en el que Odebrecht pagaría 2 mil 600 millones de dólares de multa.

Se trata de un asunto mayor. No por el monto, sino porque hace pensar que el gobierno de la república está infestado. Que la tecnocracia no está libre de la corrupción. Que este gobierno le está costando mucho a los mexicanos…

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