Jalón de riendas

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El gobernador Alfredo del Mazo Maza ha dado un temprano jalón de riendas. Y lo hizo en un escenario que parecía crispado por los ánimos encontrados entre simpatizantes de su partido, el PRI, y sus adversarios del PAN. Además, en la tierra que gobernó como presidente municipal.

Fue oportuno y claro, para dejar por sentado que el clima de entendimiento y civilidad de prevalecer desde las etapas tempranas del proceso electoral, pero también que tiene vocación democrática.

Sensible al escenario a su llegada a Huixquilucan —para poner en marcha una feria del empleo—, Del Mazo Maza percibió la rivalidad latente entre grupos afines al PRI y al PAN, que gobierna el municipio, así que conciente del papel que le corresponde, manifestó su respeto a las diferentes ideologías políticas e hizo un llamado a mantener una actitud de civilidad política, generar un ambiente de paz y tranquilidad, y actuar con responsabilidad.

Pero fue más allá, porque si bien el escenario era el de Huixquilucan, se trata de la entidad que gobierna. El gobernador Del Mazo —ante quienes afirman lo contrario— tiene el pulso y control del estado.

“Debemos tener un gran respeto, una gran responsabilidad, una gran civilidad, para que independientemente de la dificultad que implica un proceso electoral y la efervescencia que se genera, podamos, quienes servimos como servidores públicos, y en particular su servidor como gobernador, seguir dirigiendo los rumbos del estado”, sentenció.

Ni confrontación ni violencia —como ha ocurrido ya en la Ciudad de México, por ejemplo—. El llamado a la calma y la responsabilidad —el firme tirón de riendas a la caballada— fue brioso, sencillo y directo: ante los próximos comicios, se deben generan las condiciones para tener un ambiente de paz, tranquilidad y respeto. Lo que merece el estado de México.

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