Con la declaración de ayer del secretario de Hacienda, José Antonio Meade, se puede entrever que más que una realidad la afirmación de que «Mexico va en la dirección correcta» es un lema político y de partido.
Antes de Meade la usaron Luis Videgaray Caso, secretario de Relaciones Exteriores, al referirse a la relación México-Estados Unidos mientras que el secretario de Salud, José Narro, hizo lo propio durante su participación en la vigésimo segunda Asamblea Nacional Ordinaria del PRI, en este mes.
También el presidente Enrique Peña Nieto mencionó esas palabras en 2015 para respaldar sus iniciativas de reformas estructurales y previamente, el otrora presidente Miguel de la Madrid diría igualmente que el país iba en la dirección correcta con sus propuestas de desarrollo.
El problema es que esta idea no la comparte la gente. De hecho, la última encuesta de Global Ipsos sitúa a México en el primer lugar de los países donde los ciudadanos creen que el país va en la dirección equivocada ya que la preocupación generalizada es la delincuencia.
«México va en la dirección correcta» solo existe en la minoría de los gobernantes del partido hegemónico.
