La negociación laboral en Huixquilucan

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El estira y afloje entre el gobierno municipal de Huixquilucan, que encabeza Enrique Vargas, y el Sindicato Único de los Trabajadores de los Poderes, Municipios e Instituciones Descentralizadas del Estado de México (Suteym) para la firma del convenio laboral correspodiente a 2016 empieza a poner en evidencia al sindicato de la burocracia mexiquense.

La disputa es por un monto de 80 millones de pesos que involucra el pago de prestaciones que con el paso de los años los gobiernos priistas le concedieron a los agremiados del Suteym, aunque algunas de ellas resulten incomprensibles, como el pago de féretros aunque ningún trabajador o familiar fallezca. Y ni hablar de las secretarias del organismo de agua cuyo salario de 100 mil pesos es equivalente a los ingresos de un funcionario de mayor nivel en cualquier gobierno.

El alcalde de Huixquilucan, Enrique Vargas del Villar, ofrece al sindicato que el convenio laboral —hasta ahora el más costoso de los 125 ayuntamientos del estado— involucre un monto de 180 millones de pesos, en un marco de claridad y transparencia.

El Suteym, que encabeza Herminio Cahue Calderón, puede emprender un procedimiento legal para forzar la firma el convenio y el alcalde Enrique Vargas lo sabe. Pero también está conciente de que el ayuntamiento de Huixquilucan carece de los recursos para cumplir con las caprichosas demandas de la dirigencia del sindicato de la burocracia: el presupuesto total del ayuntamiento es de mil 800 millones, destinados a servir a los 250 mil huixquiluquenses, comparados con los 267 millones de pesos que el sindicato reclama para sus 650 afiliados… El monto per cápita es escandaloso.

Vargas del Villar ha sentenciado que prefiere dar becas o tener más patrullas que destinar recursos excesivos al sindicato. Como pagar una cláusula de equidad de género, que nadie sabe cómo se gasta, por 600 mil pesos anuales…

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