Las mariposas cambian de ‘juego de imitación’ en cuestión de metros

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Aunque muchas especies han desarrollado patrones coloridos de advertencia que señalan a los depredadores que son malos para comer, todavía hay una notable diversidad de estos patrones.

La enorme variedad de colores y patrones que usan las mariposas para alejar a los depredadores puede ser resultado de condiciones ambientales muy localizadas, conocidas como ‘microhábitats’.

 

Un nuevo estudio intenta explicar por qué, a pesar de que las especies de mariposas han evolucionado para imitar los patrones de alas de otros para indicar de manera más eficiente su toxicidad, mantienen un conjunto caleidoscópico de patrones en general.

 

Esta paradoja se aplica no sólo a las mariposas, sino a una amplia gama de especies, y aborda cuestiones más amplias sobre cuántas diferentes estrategias defensivas pueden ser óptimas en un solo lugar. Los científicos predicen que todas las especies deben converger en el mismo patrón, pero esto claramente no ha ocurrido.

 

En el nuevo estudio, los investigadores se centraron en un área de selva tropical ecuatoriana donde las especies de mariposas copian los dibujos de otros para disuadir a las aves que se alimentan de insectos. Las aves han aprendido que las mariposas que exhiben ciertos patrones son tóxicas, pero hay numerosos ejemplos diferentes de círculos de mimetismo, con las mariposas utilizando una amplia gama de diferentes colores y patrones para lograr el mismo resultado.

 

Los científicos encontraron que las diferencias pequeñas y altamente localizadas entre las partes del bosque, que a menudo están a sólo unos pocos cientos de metros de distancia, podrían explicar por qué sucede esto. Aunque no parecen dramáticamente diferentes entre sí, estos microhábitats exponen las mariposas a diferentes depredadores y, como resultado, el patrón que es la señal más efectiva para los depredadores puede diferir de una parte del bosque a otra.

 

El estudio fue realizado por académicos de la Universidad de Cambridge, Reino Unido; la Universidad de Florida, en Estados Unidos, y el Museo Nacional de Historia Natural/Centro Nacional de Investigación Científica en Francia (MNHN/CNRS). “Las diferentes aves que comen insectos encuentran mariposas distintas en las diferentes partes del bosque, lo que explica que, a pesar de los efectos del mimetismo, las mariposas han mantenido diferentes patrones –señala en un comunicado el profesor de Biología Evolutiva,, en el Colegio St. John de la Universidad de Cambridge–. A pesar de que no están viviendo muy lejos, están enviando señales a diferentes depredadores”.

 

Los científicos examinaron esta cuestión mirando a las especies de depredadores y sus presas juntos, algo que a menudo es difícil de lograr.

 

El equipo marcó cuatro pares de parcelas de 30 metros de diámetro, cada una consistente en un área de valle o una sección de cresta. Luego, documentaron la relación entre 64 especies de mariposas (incluidas 58 especies de ithomíinos, comúnmente conocidas como mariposas de alas claras), y 127 especies de aves insectívoras locales, entre las que se encuentran los mosqueros tiranos, jacamares y antbirds.

 

Las mariposas ithomíinos han desarrollado una serie de círculos de mimetismo que contrastan, a menudo utilizando colores brillantes como naranja y amarillo para advertir a las aves sobre su toxicidad. Los investigadores también estudiaron la abundancia de mariposas y sus interacciones con depredadores en diferentes alturas.

 

El estudio se suma a una imagen en desarrollo de las interrelaciones muy complejas entre plantas, herbívoros y depredadores en las que incluso pequeños cambios ecológicos pueden afectar a múltiples especies y, al parecer, a su diversidad.

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