Libertad

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Este 7 de junio es el Día de la Libertad de Expresión en México, una conmemoración que nació hace poco más de medio siglo, allá por 1951.

Es un día en el que el gremio periodístico del estado de México decidió conmemorar, de nueva cuenta, haciendo patente su molestia por las condiciones de trabajo que le han costado la vida a más de un centenar de periodistas en lo que va del siuglo en la república mexicana. #SoyPeriodistaYEstoyDeLuto ha sido el hashtag solidario, la etiqueta con la que muchos se han expresado en el Día de la Libertad de Expresión en demanda de justicia por los periodistas asesinados, por aquellos que han perdido la vida en pos de la labor de informar, de construir comunidad, crear ciudadanía, generar condiciones para una sociedad democrática y materializar el derecho de los ciudadanos a recibir información no dirigida por el poder.

Desde luego, cada quien habla como le va en la feria. Aquí se ejerce la libertad de expresión sin ambages ni recato. Nadie, nunca, me ha pedido no digas esto o no cuentes aquello. Hemos tenido el respeto del poder económico y político.

Eso no obsta para señalar que sí hay expresiones de intolerancia y agresividad. Este domingo, sin ir más lejos, 12 periodistas fueron agredidos durante la jornada electoral, según el recuento de la organización Artículo 19.

Destaco que la libertad de expresión es también la libertad de pensamiento, en tiempos donde hay totalitaristas que quisieran un pensamiento uniforme y dócil. Pero se trata de un derecho humano fundamental, consagrado en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. Este derecho también está consagrado en la Convención Americana de los Derechos Humanos y en la Constitución General de la República. Lo celebramos quienes nos dedicamos al periodismo y la comunicación, pero es un derecho de todos. El derecho a la libertad de pensamiento y de expresión, a buscar, recibir y difundir informaciones e ideas, sin fronteras ni censura.

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