Peregrinos

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Toda esta semana tendremos la presencia de peregrinos en la carretera México-Toluca.

Y sí, nadie puede negar que su presencia genera problemas para el tránsito en una carretera que es utilizada día con día por cientos de miles de personas —se calculan un promedio diario de 105 mil autos en la carretera México-Toluca—. Pero tampoco se puede negar que se trata de un comportamiento arraigado ya como una tradición entre los feligreses católicos de la región, que durante los últimos 80 años han hecho el recorrido anual.

A los cotidianos viajeros del valle de Toluca a la Ciudad de México, los peregrinos les estorban. A los peregrinos les resulta incomprensible que no se entienda su devoción religiosa.

Estas y otras expresiones religiosas son cada vez más cuestionadas. Causan muchos “me enoja” en la era de Facebook, donde es fácil descalificar al que no encaja en nuestros cánones. Peregrinos y detractores unidos por la misma intransigencia: la defensa obstinada de sus creencias, opiniones, ideologías o percepciones.

Lo único que queda es ser tolerante. Es decir, respetar nuestras diferencias. Evitar comportarnos como verdaderos talibanes, que buscan imponer a los demás su forma de pensamiento o su percepción.

Nadie tiene la verdad absoluta.

Así que harta paciencia. Y roguemos por los espíritus, conciencias o corazones extraviados.

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