Para este 10 de mayo, las abuelitas que se encuentran en la Casa Hogar del Anciano en la capital mexiquense despiertan al ritmo del mariachi de Toluca cantándoles las mañanitas, iniciando la primera parte de la celebración del Día de la Madre.
Desde temprano las y los trabajadores de este asilo comienzan a alistar a las abuelitas para la llegada de sus familiares, quienes aprovechan este día para pasarla junto a quien les dio la vida. Uno, dos, tres o hasta cuatro días enteros salen del asilo para estar junto a sus hijos y nietos.
Sin embargo, las abuelitas que no salen de la Casa Hogar no se quedan con las ganas de celebrar el día, pues además de las mañanitas, reciben la visita de alguno de los padres de la Diócesis de Toluca para festejarles el día.
Luego de la convivencia con el padre, los trabajadores las acompañan a un paseo mañanero por la ciudad de Toluca en lo que preparan la comida para la celebración del 10 de mayo.
Son entre 10 y 15 abuelitas las que año con año festejan su día en grupo ante el abandono de sus familiares que, pese a no ser visitadas por nadie, los trabajadores aseguran que mantienen la alegría apoyándose mutuamente.
Tal es el caso de la señora Ramona, una abuelita que era obligada a mendigar en las calles de la capital por su propios familiares y que fue llevada al asilo del DIF, luego a la Casa Hogar del Anciano desde hace más de 8 años, y que sin hablar español, a logrado convivir sanamente con el resto de sus compañeras.
Al regreso de su paseo por la ciudad, toman un ligero descanso para estar listas el resto de la tarde en la que disfrutarán de una comida preparada por los propios trabajadores del asilo y pastel que regalan familiares de otros abuelitas que salen a celebrar este día.
Para finalizar la celebración, grupos de jóvenes voluntarios acuden para apoyarlas con alguna terapia que necesiten, pero sobre todo, para pasar el día en compañía.
