Para prevenir y erradicar violencia de género, crean redes ciudadanas de jóvenes

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Los 11 municipios considerados en la Declaratoria de Alerta de Violencia de Género en el estado de México han creado redes ciudadanas de jóvenes, quienes trabajan en la elaboración de proyectos para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres.

Colaboran en sus comunidades en la difusión de la equidad y freno a la violencia contra las mujeres (Foto: Especial)

En Tlalnepantla, las y los jóvenes que integran esta red desarrollan un juego de roles que llevarán a secundarias y preparatorias, en el cual crean el entorno de un antro e invitan a la comunidad estudiantil a entrar y cambiar roles masculinos y femeninos para identificar la violencia machista y prevenirla.

En Ixtapaluca, los integrantes de la red producen videos con dramatizaciones y experimentos sociales para hacer conciencia sobre la violencia contra las mujeres, los cuales serán publicados en redes sociales para hacerlos virales.

En Naucalpan, el proyecto de la juventud consiste en torneos deportivos y de baile con equipos mixtos, en los que no se hacen diferencias entre hombres y mujeres.

En Ecatepec están elaborando un documental con hechos reales, estadísticas y entrevistas con expertos, y en Chimalhuacán, planean una feria de actividades.

En Chalco están montando una obra de teatro para llevarla a escuelas y plazas públicas; en Tultitlán elaboran un proyecto para valorar y cuidar el cuerpo de hombres y mujeres por igual, y en Izcalli están creando la campaña ¿Azul o Rosa? para vencer las discriminaciones.

Valle de Chalco, Nezahualcóyotl y Toluca están calendarizando sus sesiones de capacitación para avanzar en sus proyectos.

En todos los casos son los ayuntamientos los que se encargan de ubicar y acercar a los jóvenes a estas redes ciudadanas.

Este programa se realiza en tres etapas bajo la coordinación del Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública.

La primera contempla la creación de las redes, integradas al menos por 20 jóvenes a quienes se les capacita en temas de género para que puedan proponer proyectos de impacto para sus comunidades.

En la segunda fase se reconoce cuáles de estos jóvenes han sufrido algún tipo de violencia por su género o procedencia y se les apoya para reforzar las redes y su alcance; además, se da seguimiento a los proyectos propuestos para apoyar con su ejecución.

Finalmente, en la tercera fase se realizan actividades deportivas para generar cohesión entre los jóvenes que integran las redes y su entorno, y se llevan a cabo también eventos artísticos en beneficio de la comunidad.

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