Hace un buen rato que no leía una serie de libros de un tirón. Y ahora tengo que recomendar ampliamente la saga que ha comenzado el escritor gringo Patrick Rothfuss.
Aunque antes de que mis cuatro lectores —en toda la extensión de la palabra— se lancen en pos de los volumenes de “El nombre del viento” y de “El temor de un hombre sabio”, que forman parte de una trilogía que está por completarse, debo acotar que se trata de libros que las librerías clasifican como literatura juvenil o infantil. De hecho, así fue como Luis Manuel Jaramillo —que me los recomendó de inicio— me hizo la referencia: se trata de libros de aventuras sin pretensiones filosóficas, sociales o de alguna otra especie. Se trata de entretenerse. O del puro placer de leer.
Así que aquellos que encuentran las fantasías literarias como inútiles, hagan favor de no seguir adelante. Declaro solemnemente que estos libros no son para ustedes: se van a aburrir y van a hacer un coraje monumental. En cambio, si les gustan las historias fantasiosas, con nombres raros, tierras extrañas, algo parecido a la magia y relatos entre relatos, los dos volúmenes de Rothfuss serán de su agrado.
Si creen que cualquier libro debe dejar una enseñanza, moraleja o mensaje, absténgansen. Ni “El nombre del viento” ni “El temor de un hombre sabio” son para ustedes. El tercer volúmen, que en realidad es un 2.5, todavía no lo consigo; se llama “La música del silencio”.
No les diré mucho de la trama de la trilogía llamada “Crónica del asesino de reyes”. Sólo deben saber que el personaje central es un artista nómada convertido en leyenda, gracias a sus hechos de armas, peripecias, talentos y suerte. Todo aderezado con su mitología particular, una narrativa sabrosa y un personaje de bordes abundantes.
Si andan buscando qué leer, un mundo para sumergirse en medio de la realidad mexicana, ya saben. Si no les gusta, aquí abajo están los medios para mandarme una sonora trompetilla.
