Nadie duda del alcance que tienen y pueden tener las redes sociales para comunicar información en general. Sin embargo, tratándose de asuntos de gobierno, por más que se diga que los mandatarios son quienes escriben no hay como la comunicación cara a cara.
Es decir, no hay garantía de que los presidentes sean quienes piensan y redactan sus comentarios. Además de que si lo hicieran, el acto de escribir requiere reflexionar sobre el uso de las palabras y lo que se busca comunicar. Predominan las poses y la prudencia de parte de las autoridades.
Por otro lado, los jefes de Gobierno ya no se toman la molestia de acudir en persona o al menos llamar en directo para escuchar y brindar apoyo a la ciudadanía ante catástrofes o violencia. Se limitan a escribir mensajes de “condolencias».
En pocas palabras, las cuentas en redes sociales de los mandatarios generan dudas de autenticidad y compromiso de los presidentes. Del valor social que asignan a sus opiniones.
