Más vale estar muy atentos a los próximos trabajos legislativos del Congreso federal si no queremos que nos coman el mandado. Y más que esto: que nos digan qué comer.
El gobierno federal anunció ya su propuesta de reforma al campo que abre la posibilidad de manejar semilla de maíz tratada genéticamente. Esto facilitaría la llegada a México de la empresa número uno a nivel mundial en maíz transgénico: Monsanto.
Los argumentos de quienes defienden la adopción del maíz transgénico en este país son: la reducción de la dependencia de su importación e incrementar la productividad del campo.
Sin embargo, Monsanto tiene un pasado y presente oscuro en sus procesos de modificación del maíz y en consecuencia, daños al medio ambiente y la salud humana. Esto se demuestra con los estudios sobre Toxicología y Química Ambiental a los que podemos acceder desde internet.
Monsanto ha venido buscando además, hacerse dueña de todas las semillas para que nadie pueda guardar ni sembrar las propias, recurriendo a leyes y convenios que dañan a los pequeños productores.
Monsanto enfrenta demandas colectivas por su falta de ética en el tratamiento del maíz a cambio del beneficio económico y control mundial de la industria alimentaria. El año pasado marcharon en su contra habitantes de 400 ciudades, en 52 países y el próximo 23 de mayo viene la segunda protesta mundial.
Quien tenga oídos que oiga. El maíz es la principal fuente de alimentación humana. El que quiera saber más que se informe. Y como dice Ignacio Ramonet: querer informarse sin esfuerzo es una ilusión.
