El temor familiar a la violencia contra estudiantes (y al feminicidio)

0
1204

Por Natali Ixchel Téllez Colín*

La muerte violenta de las mujeres por razones de género, tipificada en nuestro país como feminicidios, es la forma más extrema de violencia contra la mujer y una de las manifestaciones más graves de discriminación hacia ellas, según el Instituto Nacional para las Mujeres.

El feminicidio es el caso extremo de violencia vs la mujer (Foto: Archivo).

Desde principios de la última década del siglo pasado, el asesinato de mujeres en México cobró notoriedad internacional en 1993, cuando comenzaron a denunciarse públicamente los casos de las mujeres asesinadas en la fronteriza Cuidad Juárez. Sin embargo, tuvieron que pasar 20 años para que el país incluyera en su código penal el delito de feminicidio.

Esta situación es insoslayable, ya que en los últimos años este delito se ha intensificado al grado que en estos días es muy común despertar y encontrarnos con una noticia de esta índole.

El 15 de septiembre de 2017, Mara Castillo al salir de una fiesta, tomó un taxi de la empresa Cabify con el objetivo de regresar segura a su casa y sin contratiempos, sin embargo, su objetivo no se cumplió y fue asesinada.

Después del asesinato en la red social twitter, distintos usuarios dieron su opinión y la indignación referente a este. El usuario @marianaaart menciono “A los 19 años una se preocupa por elegir universidad, por el futuro. No por subirse a un coche sin saber si va a llegar viva a su destino”.

Hoy en día, una de las mayores preocupaciones que se tiene es saber si se va a llegar con bien a nuestros hogares, sin embargo, hay una preocupación aún más grande que es la de los padres, si sus hijas llegaran con bien a su casa, pero este miedo se agudiza más cuando las jóvenes toman la decisión de estudiar la universidad en lugares lejos de donde residen.

De acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (SEP), los jóvenes que son estudiantes del nivel superior son en total 415 mil 399 de los cuales 209 mil 348 son mujeres, de la primera cifra se encuentra que 1 de cada 6 estudiantes proviene de un lugar diferente al que estudian.

Cuando un hijo o hija se va de a estudiar lejos de su lugar de residencia y se convierte en foráneo, tiene otro tipo de responsabilidades, pero, sobre todo los peligros a los que se enfrentan son más que cuando vivía con sus padres y con mayor relevancia en mujeres.

El dejar ir a estudiar a sus hijas lejos, es un acto de amor por ellos porque tienen que dejar que sean independientes y que sigan sus sueños, pues, aunque en un principio duden o sea difícil dejarlas ir, saben que quieren lo mejor para ellas y que tengan grandes oportunidades, la universidad ya no es una opción, es una obligación que se tiene que tomar para tener una mejor calidad de vida.

Pero eso no significa que no sientan miedo al momento de que las dejan partir, porque la incertidumbre que se tiene de que “algo le pueda pasar” es mucha, ya que ellos dejan a sus hijas en las centrales de autobuses, las van a dejar hasta el lugar en donde viven o les dan los medios como un vehículo para que anden en el transporte público y puedan llegar sanas y salvas a su destino, pero esto no las exentan de todos los peligros.

De acuerdo con una entrevista realizada a padres y madres, de hijas foráneas, los principales riesgos que ellos identifican a los que sus hijas se arriesgan son los siguientes:

Asaltos, secuestros, accidentes en la calle, violaciones y privación de la vida.

Los padres, no solo están preocupados por sus hijas, sino que también sienten miedo de que en algún momento una ellas se encuentren dentro de una lista de casos sin resolver, pues en un muro de alertas Amber colocado en instituciones públicas de las 60 alertas que se presentan 41 son de mujeres desaparecidas, sean niñas, jóvenes o mujeres adultas.

“Para mí, es como un golpe de una dimensión enorme, porque en ellas veo reflejada a mi hija, y sé que ella podría ser víctima de alguno de estos atropellos”, dijo la mamá de Giss, estudiante de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM). O en palabras de la mamá de Noeli, estudiante de Siglo XXI plantel Toluca, “mi mayor miedo y no puedo ni imaginarlo es que algo así pueda pasarle a mi hija, las mujeres en Toluca y este país son muy vulnerables a este tipo de violencia, nuestras hijas viven expuestas a que en cualquier momento sean ellas la que estén en esa situación”

A pesar de que los teléfonos móviles o celulares se han convertido en una herramienta eficaz para la comunicación entre personas, también genera en los padres un gran miedo que no les contesten este, puesto que a pesar de que algunos piensan en que se les pudo haber extraviado, otros llegan a pensar que algo malo les pudo haber pasado y les genera preocupación.

Cuando los estudiantes llegan a vivir lejos, lo primero que buscan es un lugar cerca de la institución donde van a estar porque es incluso más seguro que estar tomando el transporte público,

“Yo prefiero que mi hija viva a una distancia cercana a la escuela, porque si camina 3 pasos más aumenta en un 10 por ciento la probabilidad de que algo le pase”, mencionó el papá de Fattie, estudiante en la UAEM.

A pesar de que se considera que el transporte público es inseguro, la mayoría de los padres consideran que el autobús es aún más seguro que utilizar taxis porque en este va más gente, incluso las mismas estudiantes afirman que se sienten más seguras usando este medio de transporte.

Si bien es cierto que los feminicidios ya son considerados delito, aún falta mucho por hacer para que este delito realmente sea castigado y que no solo las mujeres, sino toda la población en general sienta la seguridad de salir por la mañana y llegar de nuevo a sus hogares por la tarde.

Esto no lo podemos dejar pasar por alto porque no se está exente de que se pasar por una situación así, hoy puede ser una simple desconocida pero mañana podría ser tu hermana, tu madre, tu prima o tu hija.  Para este país ya no queremos a ni una menos.

*Estudiante de la UAEM.

Comentarios

comentarios