“Necesitamos al menos 20 árboles por persona” en las zonas urbanas, aseguró Víctor Luis Barradas Miranda, investigador del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México, agregó que si quisiéramos “tan sólo” recuperar el bióxido de carbono que cada ser humano genera por respirar, “necesitaríamos 15 árboles por persona”. Por ello, en el escenario del proyecto de talar 230 árboles en Paseo Tollocan para construir un tunel y dos retornos, el especialista en ecología urbana se pronunció por no cortar árboles. “No debemos tocar ni un sólo arbol de la ciudad”, sentenció.
Afirmó que la función más efectiva de los árboles en una ciudad como Toluca es captar las partículas suspendidas, dado que la capital del estado de México es la segunda ciudad más contaminada del país por este tipo de polución. Por ello es que no importa la edad de los árboles, siempre tendrán una función ambiental que cumplir, aseguró Barradas Miranda. “Siguen prestando este servicio ambiental de limpiar el aire”, precisó.
Si tenemos alto tránsito e industrias que están generando contaminantes, los árboles mitigan también la presencia de ozono y óxido de nitrógeno. “Los árboles jamás dejan de crecer”, sentenció.
Barradas Miranda no dudó en calificar como una catástrofe ecológica la tala de 37 mil árboles para la construcción de la autopista de cuota Lermas-La Marquesa y las obras del tren México-Toluca. El Doctor por la Universidad de Nottingham y Maestro en Ciencias por la UNAM, cuantificó en 18 mil toneladas de bióxido de carbono que regresó a la atmósfera, puesto que mitad de la biomasa de los árboles es carbono. Al talarlos, explicó, este contaminante regresa a la atmósfera, lo que contribuye a exacerbar “el cambio climático global”.
