La generación de un modelo de manejo sustentable del agua en las zonas arqueológicas permitirá que este recurso vital sea utilizado en servicios sanitarios, limpieza de instalaciones y riego de áreas verdes, lo cual de no hacerse, continuará incidiendo de manera negativa en las fuentes de abastecimiento.
Las especialistas del Centro Universitario Teotihuacán de la Universidad Autónoma del Estado de México, Verónica Ortega Cabrera, Norma Lizbet González Corona y Susana Esquivel Ríos, indicaron que como parte del estudio “El manejo sustentable del agua como estrategia operativa en la zona arqueológica de Teotihuacán, México”, analizaron los beneficios del tratamiento de aguas residuales y lo contrastaron con la cantidad de litros de agua que en promedio se consumen anualmente en esta importante zona.
Sostuvieron que dado que se trata de espacios públicos bajo la gestión de instituciones gubernamentales y académicas, es importante establecer una estrategia de uso sustentable del agua como política pública en las zonas arqueológicas, disminuyendo en buena medida la presión que se genera en el recurso acuífero, utilizando como ejemplo la zona arqueológica de Teotihuacán.
Es necesario, dijeron, cuantificar el volumen del líquido que puede almacenarse en los pozos de absorción de aguas pluviales y puede ser aprovechado para el riego de áreas verdes, aportando con estas medidas, un esquema de gestión específico considerado en la categoría de “buenas prácticas” en la administración de estos espacios públicos, bajo la política del “buen vecino”, que permitirá que los beneficios económicos que generan las zonas arqueológicas se acompañen de un equilibrio ecológico.
Ortega Cabrera, González Corona y Esquivel Ríos concluyeron que las zonas arqueológicas son recursos culturales aprovechados en buena medida, por el sector turístico, que demanda un mínimo de equipamiento para satisfacer las necesidades de quienes visitan esos espacios, lo que deriva en el uso de los recursos naturales del entorno.
