Llevan años diciendo que los jóvenes definirán la elección.
Y si no dicen que los jóvenes, dicen que las mujeres.
Esta vez, no es la excepción. Los especialistas en materia electoral, o quienes dicen serlo, repiten en cada elección la misma historia.
Una vez transcurrida la elección, explican que el resultado se debió a la participación juvenil o femenina. Se atribuyen haber descubierto el hilo negro… en la que cada seis años denominan “la más compleja de las elecciones”.
Sus afirmaciones se fundan en las cifras contenidas en el padrón electoral. Y son reales, porque más de la mitad de los votantes son mujeres y una porción mayúscula son jóvenes. Aunque a la hora de analizar los resultados, resulte que los jóvenes no hayan salido a votar. O que vengan otros analistas a culpar a las mujeres por haberse inclinado a favor de elegir a un guapo.
Porque las cifras son exactas, pero el talante, la disposición y las apetencias de los seres humanos son imposibles de predecir. Hasta los encuestólogos saben que un mismo sujeto puede dar dos respuestas discrepantes entre sí en menos que canta un gallo.
Pero es sencillo ir por la vida diciendo verdades mayúsculas e incontrovertibles. Aunque profundamente engañosas. Como esa de que los jóvenes definirán la elección.
Decían lo mismo en la pasada elección: “tres municipios definirán la elección”. Y ya ven que no fue así.
