¿Volver al futuro?

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Esta semana el tema ha sido Volver al futuro. Ya sabes, la serie de películas lanzadas en la segunda mitad de la década de los ochentas que a estas alturas no necesitan presentación, porque: a) todos las han visto o b) todos han escuchado hablar de ellas.

Para el arriba firmante son sólo un pretexto para este espacio, pues la trama tiene que ver con viajar al futuro o al pasado.

Y al recordar el pasado, se encuentra uno con docenas de actos, actitudes y comportamientos que no han cambiado. Me refiero a los políticos y a muchos altos servidores públicos, ¿a quién más?

No han evolucionado ni un ápice.

Ahí está el sonado caso de Isael Montoya, inspector General de las Instituciones de Seguridad Pública del Estado de México: él y sus muchachos hicieron lo que hace 30 años hubiera hecho cualquier otro en su misma posición: abusar, amedrentar, encarcelar… Su actitud es la misma que la que hubiera tenido cualquiera otro hace tres décadas. Sólo que la sociedad ya cambió.

Y qué me dicen del diputado o alcalde o quién sabe qué sea hoy Jesús Sánchez Isidoro, que insiste en perpetuarse como alcalde de Valle de Chalco —al menos hasta que acabe su periodo— y simultáneamente ser diputado de la Legislatura local.

Aunque en el caso de Sánchez Isidoro sí hay que reconocer que su partido, el PRD, ya cambió: cuando el Partido de la Revolución Democrática surgió —casi a la par de las películas de referencia— no se hubiera permitido un caso semejante de abuso y violación a la Constitución local. El PRD involucionó. Qué bueno que ni Heberto Castillo ni otros hombres de izquierda de a deveras no vivieron para ver a los políticos de la izquierda actual.

Si hubieran viajado al futuro, se morirían del soponcio.

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