Ahora resulta que a Margarita Zavala le sembraron firmas falsas en su postulación ante el INE como candidata independiente. Pues, ¿qué no se supone que si se busca algo con tanto esmero como competir por la presidencia de México se está atento hasta el mínimo detalle en los procedimientos a seguir?
Ya basta de simulaciones de Margarita Zavala y lo que le precede, el expresidente Felipe Calderón. Pero sobre todo del actuar tradicional de la clase política mexicana basado en la simulación y manipulación cuando ven afectados sus intereses.
Los políticos mexicanos están acostumbrados lograr sus objetivos personales y de grupo, ya sea de tipo político, económico y sociales, a costa de lo que sea. Lo mismo que a defender sus privilegios de toda clase. No les importa si en ello dañan la imagen de las instituciones y a la ciudadanía en su percepción de la sociedad.
Pero tal cual sucede en la política en términos generales, en lo particular, y par ejemplo la permisión de que Margarita Zavala aparezca en la boleta electoral, la culpa no es de los políticos sino de quienes los hacen compadres.
Es decir, tuya y mía, cuando en nuestra condición de ciudadanos, pensamos y reaccionamos con apatía e ignorancia en torno a la política; respecto a la calidad de los políticos y en cuanto a la inmunidad de los políticos.
