Con aumentos generalizados y constantes de precios, la planeación económica resulta incierta, genera la inhibición en inversiones productivas y el empleo, pero también limita el ahorro e infraestructura de largo plazo, sostuvo el profesor e investigador de la Universidad Autónoma del estado de México, Miguel Ángel Díaz Carreño, quien destacó que uno de los objetivos macroeconómicos más importantes de la política económica en México es el control de la inflación.
Al hablar de Inflación y Salarios en México del 2011 a 2015, el especialista del Centro de Investigación en Ciencias Económicas (CICE) de la Facultad de Economía señaló que para obtener mayores niveles de inversión y crecimiento económico, así como mejores niveles de vida, es necesario generar un entorno de estabilidad de precios que permita la planeación económica y mantenga el valor del dinero a lo largo del tiempo.
Al realizar un análisis del comportamiento de la inflación y los salarios reales de México durante el periodo de 2011- 2015, puntualizó que la inflación en el país ha mostrado una tendencia decreciente en los años recientes, lo que ha permitido que dicha variable se aproxime al objetivo de largo plazo establecido por el Banco de México, que se ubica entre 2.0 y 4.0 por ciento.
Aseveró que hasta el mes de septiembre de 2015 la inflación medida por el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se situó en 2.52 por ciento a tasa anualizada, lo que representó el menor nivel de este indicador, comparado con 2.59 en agosto y 2.74 por ciento en julio del año pasado.
Miguel Ángel Díaz Carreño manifestó que al realizar un análisis comparativo de los incrementos en el salario mínimo, con relación a los aumentos en los precios de la economía en general y de la Canasta Básica, “de forma reiterada dicho salario ha decrecido en su valor real a lo largo del periodo estudiado, lo que revela que en los recientes cinco años el nivel de bienestar de la población continúo deteriorándose de forma significativa”.
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