Nuevo tratamiento para pie diabético se basa en nanofibras

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Esta nueva técnica propone usar nanofibras como sistemas de reemplazo en la piel para que generen células nuevas.

Claudia Oliva Mendoza Barrera, investigadora del Centro de Investigación en Micro y Nanotecnología (Microna) de la Universidad Veracruzana, ha desarrollado en forma experimental nanofibras para el tratamiento de pie diabético y prevención de gangrena en pacientes con esta enfermedad.

Mendoza Barrera, doctora en ciencias con especialidad en física y miembro del cuerpo de investigadores de la línea de investigación nanotecnología y biomedicina, concedió una entrevista a la Agencia Informativa Conacyt para hablar sobre el proyecto que ella dirige.

De acuerdo con la científica veracruzana, miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), la actividad terapéutica que propone con estas nanofibras es emplearlas como sistemas de reemplazo en la piel que generen células nuevas, reconstruyendo así los tejidos cutáneos en pacientes con pie diabético.

“Son fibras de polímero, las cuales estamos acoplando a fármacos, como antimicóticos y vascularizadores, que regeneren y mantengan la piel libre de infecciones. Lo que normalmente ocurre con las extremidades de los pacientes es que con los años pierden vascularización, formándose llagas en las extremidades inferiores; curar estas llagas no es barato, normalmente el costo de estos procedimientos ronda cerca de los 500 pesos, y dependiendo de la gravedad de la herida, el paciente debe asistir a distintas sesiones para su tratamiento. La idea es utilizar biopolímeros dentro de la llaga, los cuales incluirán los fármacos suficientes que ayuden a reconstruir el tejido desde el interior, dejando de lado tratamientos costosos y prolongados”.

La doctora Mendoza Barrera explicó que a través de la técnica de electrohilado de polímeros se ha llevado a cabo la elaboración de estas nanofibras para reconstrucción de tejidos. El electrohilado consiste en aplicar una corriente eléctrica de alto voltaje a una solución polimérica contenida en una jeringa con aguja metálica conectada a una fuente de energía, mientras que en el otro extremo de la jeringa hay un colector metálico donde se depositan las nanofibras.

Cuando dicha solución es expuesta al voltaje, la solución del polímero es expulsada hacia el colector en forma de hilo, es en este trayecto cuando la sustancia se evapora dando lugar a la formación de las nanofibras, que terminan recabadas en el recolector.

Estas nanofibras son fabricadas en los laboratorios del Microna. El proyecto dirigido por la doctora Claudia Oliva Mendoza Barrera cuenta con la colaboración del doctor Víctor Altuzar, miembro del cuerpo de investigadores quienes han encaminado sus pesquisas científicas a la aplicación de biomateriales y sensores en la actividad terapéutica de enfermedades.

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