Actualmente en nuestro país hay una tasa de ocupación del 7.2% en niños, niñas y adolescentes, cifra que podría ir a la alza al término de la pandemia de COVID-19 que se parece.
De acuerdo con datos de la Organización internacional del trabajo Las condiciones económicas actuales podrían obligar a que un mayor número de menores de edad realizan actividades productivas.
Durante la presentación de la segunda fase del modelo de identificación de riesgos del trabajo infantil realizado en coordinación por el gobierno estatal, nacional y la CEPAL, de los más de 2 millones de niños que trabajan en el país.
El 31 por ciento Realizan actividades productivas por necesidad económica, El 10% para realizar el pago de una deuda, el 21% para pagar sus gastos y educación; llegan a aportar hasta el 31% del ingreso total que tiene su familia, que asciende a un promedio de 2 mil 800 pesos.
En los casos de más alta marginación un pequeño puede hacer la aportación al ingreso de una familia de hasta el 50%.
El modelo de identificación de riesgos lo que busca determinar exactamente que comunidades, de qué municipio es y en qué nivel pueden integrarse niños a trabajos remunerados y no remunerado; con esto establecer políticas públicas que permiten abatir este índice.
El reporte también indica que un menor que trabaja tiene un mayor riesgo de abandonar la escuela y en general un adulto que comenzó a trabajar antes de la mayoría de edad tiene hasta 2 años menos de preparación académica en su vida adulta.
El municipio piloto que fue tomado para la recolección de datos fue Villa Victoria, sin embargo se tiene un mapeo de todo el estado de México así como del país para determinar las acciones de emprender en esto.
Como parte de las conclusiones que fueron presentadas por la OIT están el que hay suficiencia de programas sociales tanto federales como estatales, por lo que necesidad más que de recursos es de orientación y estrategias atender la problemática.