75% de las emociones están influenciadas por el olfato

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Aunque a menudo subestimado, el sentido del olfato ejerce una influencia profunda y directa sobre nuestras emociones y recuerdos, un fenómeno respaldado por la neurociencia y diversas investigaciones. Contrario a otros sentidos, el olfato posee una conexión única con el centro emocional de nuestro cerebro, explicando por qué ciertos aromas pueden evocar respuestas emocionales intensas e inmediatas.

El sistema olfativo es el único sentido que no reenvía la información sensorial a través del tálamo antes de llegar a la corteza cerebral para su procesamiento. (Foto: especial).

Según información difundida por entidades como el Sense of Smell Institute (ahora parte de The Fragrance Foundation), se estima que hasta el 75% de las emociones que experimentamos a diario están influenciadas por lo que olemos. Si bien la cifra exacta puede variar según la fuente y la metodología del estudio, la premisa fundamental de una fuerte vinculación entre olfato y emoción es ampliamente aceptada en la comunidad científica.

La clave de esta poderosa conexión reside en la anatomía del cerebro. El sistema olfativo es el único sentido que no reenvía la información sensorial a través del tálamo antes de llegar a la corteza cerebral para su procesamiento consciente. En cambio, las señales olfativas viajan directamente a estructuras del sistema límbico, incluyendo la amígdala (crucial para el procesamiento emocional, especialmente el miedo) y el hipocampo (fundamental en la formación y recuperación de recuerdos).

Esta vía directa explica por qué un simple olor puede desencadenar instantáneamente una cascada de emociones o traer a la mente recuerdos vívidos y a menudo cargados emocionalmente, incluso de la infancia. Un aroma particular puede generar una sensación inmediata de relajación, placer, alerta o, por el contrario, de rechazo o incomodidad, sin que necesariamente podamos identificar conscientemente el origen o la razón de dicha respuesta.

Diversos estudios científicos han explorado esta relación, demostrando cómo los olores pueden influir en el estado de ánimo, el comportamiento e incluso tener aplicaciones en terapias y marketing. La capacidad del olfato para evocar recuerdos emocionales de manera más potente que otras señales sensoriales, como las visuales o auditivas, subraya su papel fundamental en nuestra experiencia emocional del mundo.

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