Cada vez es más complicado convivir civilizadamente en las redes sociales.
Probablemente sea solamente el caso del arriba firmante, pero es inaguantable la cantidad de información política que se puede ver en Facebook y Twitter. Y si se trata de contenidos políticos que ayudaran a formar ciudadanía, sería loable.
Pero no.
La mayor parte de los contenidos tiene que ver con la idea de descalificar al contrario, de divulgar noticias falsas —lo peor es que parece que se hace conscientemente— o de intentar engañar a las conexiones personales que se tienen en la red.
Por eso es que son loables los esfuerzos de Verificado Mx de desvelar la verdad y las falsedades que se propagan cotidianamente.
Pero no deja de ser molesto que 1) en aras de defender sus intereses y posiciones personales, o 2) en la idea de derrotar al adversario, se publiquen mentiras hasta sobrepasar el límite de la decencia.
Y apenas vamos en el primer mes de campaña. No quiero ni imaginarme que ocurrirá en unas semanas, cuando las tendencias tomen un rumbo definitivo.
Odio manifiesto. Ambición de poder. Indecencia. Inmoralidad.
Eso prevalece en demasiadas publicaciones en redes sociales, caracterizadas por la bajeza.
Aunque digan que en política todo se vale, el lodazal al que están abonando —literalmente— tendrá sus efectos el 2 de julio. Están sembrando el encono.