En los últimos tres días, en la dirigencia y propiedad de un partido político se pasó del cielo al infierno. La esposa del candidato Andrés Manuel López Obrador, Beatriz Gutiérrez, aludió a que “no solo de pan vive el hombre”, en su llamado a votar, aunque sin mencionar el originen de la frase y el contexto en que fue dicha. Más bien la atribuyó al poeta español Federico García Lorca.
Posteriormente, la dirigente del Movimiento de Regeneración Nacional, Yeidckol Polevnsky, advirtió, sin dar nombres ni señas, que no permitirá un fraude electoral el primero de julio porque “se van a encontrar con el diablo”.
Resulta pues paradójico que se pida votar y al mismo tiempo se amenace ante un escenario desfavorecedor. Los extremos de cielo y e infierno no tienen cabida en una elección. Simplemente se llama a votar, con convicción y responsabilidad ciudadana, a quienes tienen el poder de elegir y decidir. Lo demás son tentaciones en el desierto.