Estamos a una semana de iniciar la cuesta del mes de agosto, donde los padres de familia llevan a cabo gastos extraordinarios por la permanencia de sus hijos en casa o debido a salidas fuera de la ciudad.
Pero uno de los gastos más fuertes por venir es en la compra de útiles escolares y en especial para quienes tienen hijos en escuelas particulares en las que se pide libretas de marca específica y libros de determinada editorial.
El problema se agrava porque las propias escuelas, las librerías de la ciudad o los distribuidores de las casas editoras no se dan abasto para satisfacer la demanda y mucho menos antes de que inicie el ciclo escolar.
Cada año la situación se repite: escuelas y padres de familia discutiendo porque no hay libros para trabajar y el tiempo de clases no se detiene.
¿Porqué no discutir las ventajas de trabajar sobre libros electrónicos?, se evitaría el retraso en la enseñanza; disminuirían gastos y ahorraría producción de papel.
Escucha aquí a Patricia Maldonado Pérez —>