Se nos empieza a hacer normal pensar o decir que los niños no deben ir a la tienda solos; que no deben salir a jugar sin supervisión; que no deben esperar a los adultos en el coche. Pero, ¿de verdad es normal? Desde luego que no.
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Esta situación es imputable a la percepción de inseguridad entre los mexicanos y a la realidad latente. Según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, a cargo del INEGI, 77 de cada cien mexicanos mayores de 18 años, creemos que hay inseguridad en nuestras ciudades. En tanto, los delitos en el país aumentaron nada más en homicidios, de 2017 a 2018, en 11 por ciento.
Los padres de familia queremos evitar a nuestros hijos el sufrimiento de ser testigos o sujetos de delitos graves y comunes. No estamos dispuestos a ponerlos en riesgo y menos en un contexto donde la impunidad es el pan de cada día en la justicia mexicana.
No está bien que normalicemos las prohibiciones de disfrutar del aire libre a nuestros hijos pero esa ha sido la alternativa ante la ineficacia y opacidad de quienes nos gobiernan.
