Como si no hubiera temas o problemas más importantes que resolver o discutir, surge en el estado de Veracruz y con impacto para todo el país una ley antimemes. A los legisladores del estado del Sur de México les pasa, al final de cuentas, lo que a todos los políticos mexicanos: no acaban de comprender que sus acciones son públicas dado su encargo laboral.
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Los nacidos en México nos distinguimos además por ser burlones, sarcásticos e irónicos, hasta de nosotros mismos. ¿Porqué pretender que termine esa crueldad inteligente y saludable?
La crítica a los políticos existe desde el siglo XVIII con las llamadas litografías que luego se volvieron las caricaturas políticas como las conocemos hoy.
A través de aquellas se ha venido haciendo mofa del poder político de una forma ingeniosa y magistral —porque es un arte el de dibujar— y aunque las caricaturas, dibujos, cartones e historietas difieren por su técnica de lo memes, se asemejan en la connotación opinativa y juiciosa hacia los asuntos de interés público.
Así que, eso de regular la crítica, especialmente la política, es ir contra corriente; como carecer de sentido común.
