La transparencia es un viacrucis. Casi siempre. Y los encargados de hacerla valer son la burocracia mejor pagada y con menos resultados.
Puede ser que mi afirmación le apueste al blanco o negro, y nunca falta quien vea tonos de grises, pero es que conseguir que el aparato público rinda cuentas y entregue información puede ser un prolongado ejercicio, que muchas veces termina en nada. En explicaciones y argumentos, en repartir responsabilidades y en justificar una burocracia ineficiente.
Pongo un ejemplo: hace tres meses solicité saber cuántos bebederos se han instalado en las escuelas públicas del estado de México. Lo hice a la Secretaría de Educación y al Instituto Mexiquense de Infraestructura Física Educativa. Ambas negaron tener la información. Educación señaló que estaba en poder del Instituto y este afirmó que la tenía la Secretaría de Educación. Es decir, se lanzaron mutuamente la pelotita, además de apuntar al Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa.
90 días después de la petición original, el Instituto de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado de México resolvió una inconformidad y lo hizo absolviendo de responsabilidad a ambas instancias. Tres meses de espera para no obtener nada. O mejor dicho, para confirmar aquello de que se haga la transparencia… en los bueyes de mi compadre.
El Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa sí tiene la información. Pero hay que buscar escuela por escuela o conformarse con saber que en el centro del país el avance es del 94 por ciento, aunque esa cifra no diga nada sobre cuántas escuelas en la entidad mexiquense ya tienen bebederos escolares, cuántos alumnos atienden y cuánto dinero público se ha invertido.
El Instituto de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado de México tiene a algunos de los funcionarios públicos mejor pagados del estado. Pero sus resultados son pobres, límitados a una conferencia aquí, un taller allá, pero no a obligar a la rendición de cuentas y a transparentar el ejercicio gubernamental.
