Vaya que los banqueros no descansan en su objetivo de endeudar a los clientes. Y menos en esta época. No tienen empacho en pedir a sus empleados telefonistas que insistan hasta el cansancio con los usurarios de la banca para que acepten un crédito.
Escucha aquí a Patricia Maldonado Pérez. ¡Dale play!
También lo hacen a la hora que se les pega la gana sin importar que uno esté comiendo o descansando. Y ahora más que un “no, gracias” buscan un porqué cuando se les rechaza.
El problema está más allá de reportar números como pide la Condusef o de pedir expresamente a quien llama que no se desean nuevas llamadas pues los bancos macan por otro número de teléfono y recurren a un telefonista distinto.
Hoy por hoy no existe evidencia de multas a empresas que llevan a cabo esta forma de hostigamiento contra los usuarios de líneas fijas y móviles registradas. Pero eso sí, la Condusef recomienda no amenazar, ofender o intimidar a quienes llaman. ¿Será?
