Extremadamente efectivo, sin distingo de género y sin aparente causa que lo origine, así es el suicidio infantil.
No privativo de los menores; hasta hace algunos años, un acto llevado a cabo preponderantemente por los adultos mayores. Es un problema de salud pública de causas multifactoriales.
Los cambios en la dinámica familiar, la ausencia de los padres en el hogar, uso indiscriminado -y hasta abusivo- de la tecnología o de las redes sociales es señalado por algunos investigadores de la conducta, como causas del problema.
Pero el diagnóstico del primer estudio llevado a cabo por el sector salud del Estado de México revela que la violencia intradomiciliaria y la incidencia de homicidios, están asociados a la ocurrencia de los suicidios de niños.
Ecatepec, Amecameca, Cuautitlán, Texcoco, Ixtlahuaca y Toluca son los municipios donde más ocurren estos actos y son también donde se identifica el mayor índice de violencia.
A diferencia de cualquier otra etapa de la vida, en los niños, no se registran casos de intentos, todos se consuman.
Suicidio crece 300 por ciento
Información documentada por el Centro Estatal de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades, en las tres últimas décadas, el número de suicidios -en general- ha crecido 300 por ciento en México, siendo la población joven la que más se quita la vida, de acuerdo con la Secretaría de Salud.
La OMS reporta que cada año se suicidan más de un millón de personas en el mundo, lo que representa 1.8 por ciento del total de los decesos. En los últimos 30 años el índice ha crecido uno por cada 10 intentos y ocupa el segundo lugar como causa de mortalidad entre adolescentes en muchos países.
La conducta suicida representa un problema de salud pública a escala mundial, ya que se ha estimado que en la mayoría de los países, quitarse la vida está entre las 10 principales causas de muerte.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS), informa que la prevención es el instrumento más eficaz para erradicar la conducta suicida que en los últimos 45 años ha tenido un aumento de 60 por ciento.
Se estima que debido a la falta de sensibilización sobre el tema, en 2020 las víctimas pueden ascender a 1.5 millones.
En el ámbito estatal, hace una década la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México reconocía el problema y lo consignó en Serie Encuentros Centro de Estudios “Sobre el suicidio, particularmente en el caso de niños y adolescentes”
El organismo en ese 2009 puntualizó: “La preocupación por atender esta problemática no debe ser exclusiva de institutos de Salud ni mucho menos un dato más en las estadísticas, por el contrario, es necesario fortalecer los lazos familiares y comunitarios para que cada persona logre desarrollarse plenamente”.
Falta de cuidado familiar y nueva tecnología
El investigador de la Facultad de Ciencias de la Conducta de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Luis Javier Villegas, consideró que el suicidio infantil es un fenómeno que “desafortunadamente ha crecido espantosamente fuera de control”.
El primer caso que se tiene reportado en el país, dijo, sucedió en los años 70 y ahora son cientos de casos que se reportan.
Para el investigador el suicidio de los niños tiene que ver con los cambios en la dinámica de la familia; el hecho de que los papás estén ausentes mucho tiempo, separados de los hijos; el uso indiscriminado, abusivo o intensivo de la tecnología, de las redes sociales.
“Es increíble, hay una cantidad dinámica de páginas que promueven activamente la autoagresión, la agresión hacia otros compañeros, e inclusive el suicidio”.
El especialista observó que un niño pegado a las máquinas pierde capacidad de sociabilización, tolerancia a la frustración, habilidad para resolver conflictos interpersonales; en general se empobrece su vida social por estar tanto tiempo en redes sociales, “no es que sea mala la tecnología, sino que no se debe dejar sin ningún cuidado”.
Villegas refiere que el suicidio ocurre en niños de 12 y menos años, aunque señala no existen cifras; también –dice- el suicidio en adolescentes de 12, 13 años y 17 ha crecido mucho.
El investigador universitario consideró que algunas condiciones de vida del niño lo hacen más vulnerable como la disfunción severa de la familia.
“Si la disfunción tiene que ver con violencia, con agresión, menos precio, si los padres favorecen rivalidades, celos, envidia entre hermanos la familia pierde su poder de ser un grupo protector […] se convierte en un factor de riesgo para un suicida”
Otra falla en la familia, dijo, es que si los padres tienen algún tipo de trastorno psicológico, y si de cualquier problema se quieren morir o quieren matar a alguien vociferan sobre eso, entonces se le queda al niño.
Javier Villegas puntualizó: “el suicidio creemos que se puede prevenir casi siempre, en jóvenes y adolescentes, en el caso de niños hace falta conocer su situación”.
No obstante señaló que son 20 municipios donde se registra 90 por ciento de los casos de suicidio de niños y adolescentes entre estos está Toluca, Tultitlán, Chimalhuacán y Ecatepec.