Las técnicas usadas en la actualidad para análisis clínicos pueden ser costosas y lentas, como en el caso de cromatografía y espectroscopia, que requieren para llevarlas cabo de personal cualificado y entrenado. Como una opción que reduce tiempos y costos, un equipo de científicos de la Universidad de Leicester, en Inglaterra, ha desarrollado vía nanotecnología, sensores portátiles para detección de drogas y toxinas, así como para cuantificar biomarcadores, como glucosa, insulina, tripsina y leucotrinas, entre otras.

Álvaro García Cruz, un científico mexicano que pertenece al grupo de investigadores encabezado por el profesor Sergey A. Piletsky, quien en el área de sensores realiza análisis clínicos y polímeros molecularmente impresos. Además, ha contribuido en la publicación de artículos científicos y en la obtención de una patente.
El doctor García Cruz explica en entrevista que en nuestros días para la realización de pruebas clínicas como los inmuno-ensayos y en sensores, las nanopartículas resultan una alternativa a los anticuerpos, los cuales requieren una producción costosa que puede tardar meses o años. Además, son generados en laboratorios a través de la experimentación animal y mediante cultivos celulares.
De acuerdo con información que se presenta en el portal científico Agencia ID, a diferencia de los receptores biológicos como los anticuerpos, las nanopartículas son generadas de una manera simple y eficiente a través de reactores automatizados por síntesis orgánica, especialmente utilizando la técnica de polímeros molecularmente impresos en fase sólida, la cual fue desarrollada por el profesor Sergey Piletsky. Gracias a ésta, la producción de nanopartículas se lleva a cabo en aproximadamente tres y media horas.
Las nanopartículas son diseñadas empleando software especializado y mediante métodos computacionales de química cuántica. Su forma por lo general es esférica y de un diámetro entre 150 y 500 nanómetros, de acuerdo a la función a desempeñar. Los materiales están constituidos por diferentes formulaciones de poliacrilamidas, los cuales son polímeros biocompatibles.
A decir del científico egresado de la Universidad de Guanajuato, las nanopartículas tienen diversas aplicaciones y pueden ser diseñadas para varios propósitos. Por ejemplo, para atrapar toxinas, liberar medicamentos, activar o inhibir procesos enzimáticos, y más.
De la misma manera pueden utilizarse para identificar células o bacterias a través de receptores en la pared celular. Asimismo, pueden utilizarse como unidades de reconocimiento y medir la concentración de drogas, tales como cocaína, cannabis, paracetamol, fentanilo, entre otras, o biomarcadores a través de instrumentos ópticos o electrónicos.