La relación México- Estados Unidos ha cambiado en el tema migratorio poniendo fin al ciclo de la migración masiva indocumentada, toda vez que el número de los que se van o regresan muestra niveles de estadía promedio, sin aumentos significativos ni descensos.
De acuerdo con el investigador Jorge Durán de la Organización IIlegal Immigration Started la política migratoria estadounidense de los últimos 20 ha incrementado los costos de viajar ilegalmente y los riesgos del traslado, pues además de controles estrictos en la frontera también han complicado conseguir un empleo redituable en la unión americana.
«Los que deciden viajar saben que realmente es una aventura porque ahora tampoco nada les asegura estabilidad económica del otro lado; un lavaplatos debe pagar renta impuestos, comida y guardar para enviar con un sueldo mínimo tampoco hay seguridad de crecimiento», explica.
Con ello, dice, los trabajadores actualmente contrastan los salarios en México frente a lo que pueden obtener allá, más el costo y peligro de viajar sin papeles por lo cual si se mantienen arriba de los 200 pesos diarios, para mantenerse a flote, deciden quedarse.
«Ese es como el límite de la sobrevivencia normal, menos de 200 pesos no, son mil 200 pesos semanales», señala.
Con ello indica desde el 2007 la cifra de mexicanos que se reconocen como tal en los Estados Unidos llegó a los 12 millones y se ha mantenido en ese indicador hasta entonces.
La explicación a partir de este muestra estadística es que para la nueva generación de trabajadores la obsesión de la frontera ha cambiado terminando el ciclo de la frontera porosa.
«La obsesión de la frontera cambió si abren la puerta va a tener que ser la puerta legal, y si abren la puerta legal pues nadie se va ir de indocumentado, yo diría que es el fin del ciclo de la migración masiva indocumentada».
La cifra de mexicanos que decide aún enfrascarse en la búsqueda del sueño americano de forma ilegal es sólo porque en sus comunidades persiste el binomio de la extrema violencia y la extrema pobreza.