La relación de México y Japón es privilegiada y especial, dijo Carlos Almada López, exembajador en aquella nación, quien aseguró asimismo que es obligación de todos cuidarla, pues somos «simple y llanamente, muy buenos socios y amigos, y si bien somos diferentes, nos parecemos más de lo que con frecuencia creemos».
En la presentación del libro México-Japón, a 130 años de relaciones diplomáticas, editado por el Archivo Histórico de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el diplomático, político y servidor público se refirió en particular a los vínculos que se establecieron en el Estado de México y Toluca con Saitama y Urawa, respectivamente, como ejemplo local de las relaciones de ambos países, que a escala de lkos dos se remontan a más de 400 años, pero en particular al Tratado de Amistad, Comercio y Navegación firmado en Washington en 1888 por Matías Romero y Munemitsu Mutsu, respectivos ministros de relaciones exteriores.
El encuentro realizado en La Casa Toluca de El Colegio Mexiquense, A. C., fue encabezado por el presidente de la institución, César Camacho, y contó con la asistencia destacada de los exgobernadores Ignacio Pichardo Pagaza y Emilio Chuayffet Chemor; las secretarias de Cultura y Trabajo, Marcela González Salas y Martha Hilda González Calderón, la diputada federal Marcela Velasco, el exembajador en Suecia, Agustín Gasca Pliego, y el exdiputado federal David López Gutiérrez, entre otros.
Almada López, primer secretario de Administración del gobierno estatal en 1981, en el gobierno de Alfredo del Mazo González, luego funcionario federal y del estado de Nuevo León, además de exembajador en Portugal, hizo un resumen sustancioso del contenido de su libro con apuntes históricos y la referencia a hechos poco conocidos hasta hace tiempo, como la protección que el embajador japonés Horiguchi Kamaichi y su familia dieron a la familia del presidente Francisco I. Madero luego del golpe de Estado de Victoriano Huerta, aun a costa de correr graves peligros.
Se refirió al contexto en que se dio el tratado de 1888, el cual fortaleció la posición japonesa de renegociar el tratado que años antes le había impuesto Estados Unidos en condiciones desventajosas y con violación de la soberanía de la nación asiática, y también a las migraciones japonesas a México, entre otros aspectos, hasta llegar a los últimos años.
Enfatizó la importancia de los aspectos culturales y educativos como el gran secreto de la buena relación, abundó en ejemplos históricos como el interés de los poetas José Juan Tablada y Octavio Paz por Japón, las relaciones entre artistas plásticos, y los momentos de apoyo en desastres naturales en uno y otro países, o de crisis de deuda y financiera mexicana en 1989 y 2009.
Almada López habló con detalle de las mil 200 empresas japonesas en México, la relación comercial entre ambas naciones por 25 mmdd en 2018 y la exportación anual en productos agropecuarios mexicanos por mil 100 mdd, como ejemplos de una relación que puede permitir a México ser una plataforma exportadora con inversión japonesa.
Asimismo, se refirió al tratado de asociación económica firmado en 2005 como el más importante del mundo para Japón y remató sugiriendo que cuando se tiene un amigo que hace préstamos en momentos difíciles, es mejor conservarlo.
César Camacho se refirió a la tarea que tiene encomendada El Colegio Mexiquense, A. C., como centro de investigación y docencia en Ciencias Sociales del Estado de México desde hace 32 años, a la trayectoria de Carlos Almada y la importancia del libro que se presentó, así como a la presencia de los invitados especiales que acudieron al encuentro para testimoniar su amistad y afecto por el autor.
El internacionalista Omar Martínez Legorreta, profesor-investigador de la institución anfitriona, hizo un comentario puntual del libro en que subrayó la calidad de la investigación que lo sustenta y de la prosa en que está escrito, al tiempo de recalcar la importancia de la relación con Japón para México en un entorno mundial agitado con signos de una probable recesión, y recomendó que la política exterior sea una política de Estado, sin vaivenes ideológicos, ante la incertidumbre por el tmece incluso el acuerdo de integración del Pacífico, cuya firma sigue pendiente por la resistencia estadounidense en ambos casos.
