Siempre hay una primera vez para todo. Incluso para materializar alguna de las múltiples, miles y miles, de aplicaciones que existen en todas las plataformas vigentes en internet.
Por ejemplo, para que el Uber adopte la forma de un automóvil y un conductor, una ruta y un cobro.
En Toluca La Fría este servicio, que conecta dos necesidades, está en operación desde hace muchos meses. El arriba firmante bajó la aplicación por curiosidad, incluso antes de que iniciará actividades en la capirucha del estado de México. Algún par de veces pensé en solicitar el servicio y las mismas veces me arrepentí. Hasta que llegó el día.
Y heme aquí diciendo que me fue bien. Que puedo calificar positivamente a los Uber, tanto en el estado general del vehículo que me correspondió, como en la atención y amabilidad del conductor.
Si algo tengo que reprochar es que el viaje me costó un poco más, algo así como un 20 por ciento, que lo que me hubiera cobrado un taxista común y corriente. Aunque quizás el estado del automóvil lo compensa. También podría decir que el conductor estuvo con un ojo al trayecto y con otro a su terminal telefónica (vulgo, teléfono inteligente). De ahí en fuera, todo en orden. Si alguna vez necesito conectar mi necesidad de transporte con la necesidad de un conductor de ganar dinero, lo volveré a hacer. Pero si hay un taxi a la mano, me daría lo mismo.
El Uber no es mi maximo. Y supongo que otros servicios semejantes tampoco. Solo digo que me consta que está bien. Y punto.