El escenario del teatro Universitario Los Jaguares bajo su telón por la muerte de la maestra Sonia, quién murió a manos del que era su pareja sentimental al interior del recinto.
La risa de los actores, los aplausos del público, el canto de los artistas cambió; en su lugar quedó el llanto de la amiga, el abrazo solidario de los alumnos y la luz de decenas de veladoras que alumbraron el Teatro que acostumbrado a la risa de sus asistentes hoy lució sombrío y a puerta cerrada.
«Todos sabíamos por lo que pasaba Sonia, y eso es lo que más duele», dice Fredy amigo y compañero, quién con lágrimas en los ojos se reprocha no haber podido hacer nada por su amiga. «La impotencia es lo que ahora nos atormenta»
Como él un grupo de poco más de 200 personas se congregaron afuera del Teatro de Los Jaguares, todos con la mirada caída, con un llanto incontrolable y con una sola consigna «No más muertes», «Nos están matando», dice una profesora, ya no es una frase propia de una obra, es la realidad.
Al grupo se sumó el rector de la Universidad Autónoma del Estado de México, Alfredo Barrera Baca, quién como muchos dejó una veladora es las escalinatas del teatro.
Un minuto de aplausos fue lo que rompió el silencio, aplausos a los que estaba acostumbrada Sonia, su forma de bailar y de expresarse eran únicos, recuerdan sus amigos.
Ellos, los que la conocieron en vida aseguran que antes -dicen- de apagarse era alegre, trabajadora, una madre entregada y una excelente artista.
Hoy el escenario del Teatro Universitario Los Jaguares bajo su telón por Sonia, (metáfora) mañana dicen los artistas la función debe continuar.
Como él un grupo de poco más de 200 personas se congregaron afuera del Teatro de Los Jaguares, todos con la mirada caída, con un llanto incontrolable y con una sola consigna «No más muertes», «Nos están matando», dice una profesora, ya no es una frase propia de una obra, es la realidad.