Durante esta temporada seca del año, habitantes que viven en las inmediaciones del Río Lerma, aseguran que el mal olor se intensifica, y las enfermedades gastrointestinales se elevan.
Explican que al bajar el agua se exponen olores, por lo que buscan cerrar puertas y ventanas a fin de evitar estar expuestos a las condiciones ambientales del Río Lerma.
Esta situación afecta primordialmente a las personas que todos los días acuden a a correr a la riviera del río, quienes dicen, prefieren evitar la zona en la temporada seca del año.