Un intersticio delgado y efímero. Esto es exactamente lo que queda entre la frase que la ciencia mundial no se cansa de repetir: aún no existe evidencia de un tratamiento eficaz contra el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, y el éxito de los recientes ensayos clínicos con tratamientos antivirales de amplio espectro, que buscan el freno que imprime este contexto extraordinario de pandemia global.
En la actualidad, el remdesivir está siendo estudiado en más de 9 ensayos clínicos en pacientes con neumonías leves y moderadas, y también en neumonías severas producidas por el desarrollo de la enfermedad COVID-19. El remdesivir aún no ha sido aprobado ni en la Argentina, ni en ningún país del mundo por ninguna agencia de regulación sanitaria porque no se han finalizado los ensayos clínicos correspondientes, esto de acuerdo con el portal de ciencia y tecnología, Agencia ID.
La médica infectóloga Isabel Cassetti, directora de Helios Salud (MN 55583) definió a la droga remdesivir como “un antiviral activo frente al coronavirus SARS-CoV 2. Espero que su aprobación sea en el corto plazo y que su uso resulte en un beneficio claro para los pacientes”.
Existen varios estudios científicos recientes y respaldatorios que vinculan positivamente la acción y disponibilidad de tratamientos antivirales efectivos, especialmente con remdesivir en otras epidemias como la de SARS en 2004 (Síndrome Respiratorio Agudo Grave), y luego en la de MERS (Síndrome Respiratorio de Oriente Medio) en 2012; y ahora también con la COVID-19 . En su mayoría se trató de ensayos clínicos que se realizaron en fase animal.
La evidencia científica alrededor de la droga antiviral remdesivir para el tratamiento de la COVID-19 -como con otros antirretrovirales como lopinavir y ritonavir- está dividida y por eso los resultados a su alrededor son tan dinámicos. Entre las conclusiones del último estudio de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos (NAS) se demostró en ratones y en monos macacos rhesus la inhibición de la replicación del virus SARS y MERS; y evitó también la formación de lesiones pulmonares. Ahora se está probando – con la celeridad que dicta el tiempo de pandemia- en pacientes infectados por coronavirus SARS-CoV-2.
También fue contundente a favor del efecto del remdesivir y otros antivirales, el último trial científico del Departamento de Salud y Servicios Sociales de los Estados Unidos (HHS), señalando que las terapias de amplio espectro con antivirales abordarían una necesidad médica no satisfecha de la sociedad actual: podrían ser invaluables en el tratamiento de infecciones emergentes y endémicas por CoV (SARS, MERS, Ébola y COVID-19) .
El paper más mediático y que volvió a poner al remdesivir en la picota es la publicación del The New England Journal of Medicine que estimó que un 68% de los 53 pacientes (36 de 53 pacientes) graves infectados por COVID-19, y tratados con la droga remdesivir tuvieron mejoras en su condición clínica. Sin embargo, a pesar de las conclusiones del estudio publicadas en el NEJM, la propia revista científica inglesa recomendó la realización de estudios aleatorios y controlados que aporten evidencias suficientes sobre la eficacia y seguridad del remdesivir.
Consultada Cassetti por Infobae sobre las declaraciones del doctor Luc Montagnier, ganador del premio Nobel en 2008 por descubrir el VIH, sobre que el nuevo coronavirus fue creado en un laboratorio mientras un grupo de investigadores buscaban una vacuna contra el sida, Cassetti considerada además una de las voces más autorizadas en la región sobre HIV-sida no escapó a opinar sobre el tema: “Quedé sorprendida ante las afirmaciones del doctor Montagnier, por empezar porque no existe aún ninguna publicación científica donde se demuestre que el virus SARS-CoV 2, que produce la enfermedad COVID-19, resulte de la inserción del virus del HIV”.
Según las principales publicaciones cientificas del mundo, el SARS-CoV 2 tiene como reservorio al murciélago; es decir que vive en éste animal y sabemos también que hay ciertos virus que para producir enfermedad en el hombre, necesitan de un huésped intermedio, y cuando cambian de especies pueden producir pandemias. En el caso de la enfermedad COVID-19, se piensa que el reservorio del virus es el murciélago y que el huésped intermedio es un mamífero, llamado pangolín, aunque no hay aún certeza de ello, pudiendo ser otro animal.
Cassetti continuó con su opinión sobre la teoría de Montagnier: “el premio Nobel conoce que en los laboratorios se trabaja con extrema seguridad, en todos los procesos. LLama la atención según sus dichos que la pandemia haya ocurrido produciendo éste impacto tremendo en la población mundial, y salteando todo tipo de controles”.
“Hace más de 25 años que los investigadores estamos buscando una vacuna eficaz para el HIV, y aún no la tenemos. El SARS causó epidemia en el 2002 y MERS en el 2012, es decir que estos coronavirus ya existían. Es raro que no hayan probado insertar el HIV ya en ésa época y se quiera hacer ahora, siendo que la vacuna para HIV se está buscando desde hace tiempo. Tendremos que esperar la evidencia científica que nos diga si la afirmación planteada por el doctor Montagnier se confirma o queda solo en una hipótesis”, reforzó la infectóloga.
-¿Cuál es la relación entre el antiviral remdesivir y el comportamiento de la COVID-19 en el organismo de un infectado?
-No hay evidencia de un tratamiento eficaz para el nuevo coronavirus, que surja de estudios clínicos aleatorizados, bien controlados. Sin embargo existen alternativas de tratamiento que es necesario considerar. Remdesivir es un análogo nucleótido que tiene actividad in vitro frente a los coronavirus SARS-CoV y MERS, y también frente al virus del Ébola. Su actividad frente al SARS-CoV2 que produce la enfermedad llamada COVID-19, radica en bloquear una enzima del coronavirus denominada RNA polimerasa-RNA dependiente, siendo terminador de cadena del ARN del virus. Por lo tanto, al tratar el nuevo coronavirus con remdesivir no se podrá replicar activamente e infectar a las células alveolares del pulmón. Es 100 veces más activa que otros antivirales como lopinavir/ritonavir
- En qué casos es recomendable administrar esta terapéutica, ¿en pacientes graves o en pacientes con determinadas co-morbilidades. O en ambas?
- Sí, en ambas, con determinados criterios. Se están realizando estudios de fase 3 en pacientes con neumonías moderadas o graves. Estás últimas son pacientes internados, que presentan neumonía y una saturación de oxígeno de menos de 94% respirando aire. Es decir que presenten dificultad al respirar y que requieran de oxígeno adicional. También en aquellos que requieran ventilación mecánica. Remdesivir aún no está aprobado y hay en marcha estudios que lo comparan con otras alternativas de tratamiento, también en evaluación
- Qué opina usted del estudio que informó la Universidad de Medicina de Chicago que reclutó a 125 personas con COVID-19. De esas personas, 113 se encontraban en estado grave. Todos los pacientes han sido tratados con infusiones diarias de remdesivir y la mayoría de los pacientes fueron dados de alta
-Este estudio no ha sido publicado aún pero los resultados parecen muy promisorios. También, existe una publicación del The New England Journal of Medicine del 10 de abril 2020 donde se analizan 53 pacientes con neumonía severa que recibieron remdesivir como uso compasivo. Allí, el 80% presentó mejoría clínica a los 28 días. La droga es segura, bien tolerada y no tiene interacciones con otras drogas. Su administración es por vía endovenosa una vez por día
Atentos a las declaraciones del doctor Montagnier, ¿existe algún vínculo entre el comportamiento en el organismo del virus del VIH-sida y el de SARS-CoV-2 ?
-No hay un vínculo científicamente comprobado. La vía de transmisión es diferente: el VIH se transmite por vía sexual, y el coronavirus por vía respiratoria y por contacto. El VIH produce infección crónica, el coronavirus por el momento es una enfermedad aguda. El VIH tiene tratamiento que es muy eficaz; para el Coronavirus SARS-CoV-2 no tenemos tratamiento útil disponible, sino en investigación. Lo único común que encontramos entre VIH y coronavirus es la disminución de los linfocitos, llamada linfopenia
¿Cómo avizora usted – sobre todo apelando a su experiencia en el campo de investigación del VIH-sida – que será el impacto de remdesivir como tratamiento para tratar al COVID-19?
-Remdesivir es la droga más activa hasta ahora estudiada para tratar el SARS CoV-2. Es una droga para ser aplicada en la fase temprana de la infección que es cuando hay mayor replicación viral, y en éste escenario puede ser utilizada sola. Tanto en las formas leves a moderadas podría ser utilizada sola, y en las formas más graves utilizarla sola o asociada a otras drogas con diferente mecanismo de acción. En las fases más avanzadas de la enfermedad donde prevalece la respuesta inmunológica sobre la replicación viral, tienen su lugar las drogas que frenan éste mecanismo inmunológico.
El remdesivir fue desarrollado originalmente por el laboratorio estadounidense Gilead Sciences, originalmente para el tratamiento del virus del Ébola. A finales de febrero pasado, Gilead anunciaba que iba a comenzar ensayos en fase III con remdesivir para tratar el COVID-19. Se trata de estudios aleatorizados, abiertos y multicéntricos, que inicialmente se desarrollaron en hospitales chinos, y otros países con alto número de casos diagnosticados, como España, que se han unido a la investigación. Estos ensayos fueron autorizados tras una revisión de la FDA (Food and Drug Administration, de Estados Unidos).
Hubo contramarchas también alrededor de los ensayos clínicos con remdesivir como la que publicó el diario Financial Times, sobre un trial realizado en marzo pasado, en China con 237 pacientes. Que no mejoró la condición de ninguno, ni redujo la presencia del patógeno en la sangre. Y en algunos casos incluso generó problemas adicionales. Según la publicación del diario económico, ninguno de los estudios con remdesivir realizados hasta la fecha, con excepción del concluido en China y revelado por la OMS, cumplían con todos los estándares científicos.
España tiene un papel relevante en el programa de desarrollo de remdesivir, ya que participa en dos ensayos clínicos que se están realizando en 13 hospitales de ese país, y que estudian la eficacia y seguridad de este fármaco en pacientes infectados con sintomatología moderada y severa. Además, Gilead también colaboró con el estudio Solidaridad – en el que participa Argentina entre otros 10 países- aportando su experiencia científica y donando la medicación.
Aún le queda un camino sinuoso por recorrer al remdesivir dentro y fuera del laboratorio: puertas adentro, hay que evaluar las circunstancias de uso, efectos adversos, dosis exactas, y su comparación en pacientes en circunstancias similares en cuanto a la gravedad que pueda presentar. Y puertas afuera, convertir una materia prima costosa, como son los medicamentos biológicos, en tratamientos accesibles para que pueda cumplir con los criterios de accesibilidad plena, más aún en la urgente necesidad que impone este tiempo de pandemia global.