Las aguas negras que corren a cielo abierto por la barranca de San Andrés, provenientes de 
Tlalnepantla, ocasionan problemas de salud a casi 300 mil habitantes de Ecatepec y deterioran el medio ambiente de la Sierra de Guadalupe, debido al incumplimiento de las autoridades de dicho municipio y del gobierno del Estado de México por construir un colector.
Las aguas residuales de más de 100 mil habitantes de las comunidades tlalnepantlenses Loma Linda, Lomas de Tepeolulco y Ejidos de Tepeolulco, llegan a Ecatepec por la calle Río, de la colonia Tablas del Pozo de este municipio, incluso las aguas negras salen de la tubería y se estancan en las calles dejando a su paso excremento y fétidos olores.
En la época de lluvias todo se complica, porque el nivel del agua de la barranca rebasa el metro de altura inundando las viviendas de unas 80 familias que ahí residen.
El problema tiene su origen cuando los habitantes de las colonias Tablas del Pozo y Hank González, ubicadas en la Sierra de Guadalupe, del lado de Ecatepec permitieron el desalojo de las aguas negras de Tlalnepantla a la barranca de la cañada de San Andrés, a cambio de que el gobierno del estado de México y ese Ayuntamiento construyeran el colector Tepeolulco.
A pesar de que desde el mes de junio de 2006 la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM) y el Ayuntamiento de Tlalnepantla firmaron un convenio para la construcción del colector Tepeolulco, a la fecha ninguna de las autoridades ha cumplido.
